Varios virus son responsables de gastroenteritis viral, una infección intestinal que ocasiona vómitos, diarrea y síntomas relacionados en los niños. Estos virus lesionan las células que recubren el intestino delgado y tienden a ser muy contagiosos. Las epidemias pueden ocurrir en los centros de cuidado infantil o después de la ingestión de alimentos contaminados como mariscos, ensaladas o hielo. Con frecuencia, los alimentos se contaminan cuando personas infectadas los manipulan.
Antes de que existiera la vacuna, el rotavirus era muy común.
Signos y síntomas del rotavirus
En la mayoría de casos, las enfermedades virales del tracto gastrointestinal no son graves, pero los niños pueden sentirse muy enfermos.
Los niños con una infección por rotavirus sufren de:
Diarrea acuosa
Vómitos
Fiebre
Dolor abdominal
Estos síntomas empiezan de 1 a 2 días después de exponerse al virus y usualmente duran de 3 a 8 días. En los casos severos, los niños pueden sufrir de deshidratación. La diarrea prolongada o severa, especialmente acompañada de vómitos puede ocasionar deshidratación.
Los signos de deshidratación incluyen:
A medida que la deshidratación se vuelve más severa, su hijo se pondrá malhumorado e irritable, sus ojos parecerán estar hundidos y es posible que aumente su ritmo cardíaco y la velocidad a la que respira. Si la deshidratación continúa, los riñones dejarán de funcionar y el corazón no tendrá suficiente líquido para bombear. La presión sanguínea disminuirá y su hijo entrará en estado de shock.
Qué pueden los padres hacer para prevenir el rotavirus
La vacuna contra el rotavirus es una de las vacunas recomendadas en la infancia.
En lugar de una inyección, los bebés reciben la vacuna oralmente.
La primera dosis se recibe antes de cumplir 15 semanas de vida.
La última dosis se recibe antes de cumplir 8 meses.
Si su hijo tiene rotavirus
Estas enfermedades virales se resuelven por sí mismas con tiempo y sin ningún tratamiento específico. Haga que su hijo se sienta tan cómodo como sea posible y tome las medidas necesarias para prevenir la deshidratación. Motívelo a descansar, a tomar más líquidos y continuar comiendo su dieta regular.
Es importante que los líquidos contengan sal ya que estas se pierden en la diarrea. Los líquidos para rehidratar se venden libremente, pero también puede hacerlos en casa. Hable con su pediatra para asegurarse de que usa la cantidad correcta de sal y agua.
Para casos severos de rotavirus:
Es posible que se requieran líquidos intravenosos.
Si su hijo está vomitando, continúe dándole líquidos pero en pequeñas cantidades y aliméntelo con más frecuencia.
Tenga cuidado con el jugo de manzana. Demasiado jugo de manzana es una causa común de la diarrea, incluso en niños saludables.
El uso de medicamentos antibacterianos no es indicado y, de hecho, podría empeorar la diarrea. Los niños mayores se pueden beneficiar de las medicinas antidiarréicas, pero solo con la supervisión de su pediatra.
Más información: